-                     ¡Sé feliz! -exclamó el ruiseñor-, ¡sé feliz! ; tendrás                     tu rosa roja. Te la haré de música a la luz de la luna y                     la teñiré con la sangre de mi propio corazón. Todo lo que                     te pido a cambio es que seas un verdadero enamorado, pues el                     amor es más sabio que la filosofía, por sabia que ésta                     sea, y más fuerte que el poder, por potente que sea éste.                     Del color de la llama son sus alas, y de color de llama                     tiene el cuerpo. Sus labios son dulces como la miel y su                     aliento es como el incienso.
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